Amor por el poder y el poder del amor

"Cuando el poder del amor sea más grande que el amor al poder, el mundo conocerá la paz"

Estas palabras popularizadas por Jimmi Hendix nos describen una gran realidad. A través de los tiempos y en toda la historia humana, quienes nos hemos bautizado como Homo Sapiens, que literalmente significa "Hombre sabio", y tal ves no lo seamos tanto, hemos participado en todo tipo de conflictos, luchas, confrontaciones, guerras y cualquier otra actividad considerada sinónimo de los anteriores vocablos con el primordial fin de obtener supremacía y el poder sobre los demás. 
Sólo el hombre es capaz de dominar y esclavizar al hombre y al resto de especies que habitan el tercer planeta en la órbita solar.Tanto es así que muchos pueblos poderosos han llamado salvajes y bárbaros a quienes eran diferentes a ellos para así justificar su conquista y colonización.

En Venezuela no podemos escapar de esta dura realidad mundana. Los gobernantes se aferran al poder como un rottweiler o un pitbull con su presa. Cuando dejaron de tener el apoyo popular y la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) los aventajó por más de dos millones de votos comenzaron a cerrar las puertas para evitar otras elecciones directas, universales, personalizadas y secretas con representación proporcional, ya que se sabían incapaces de ganarlas. Ya es del conocimiento de todos como con la ayuda del Consejo Nacional Electoral se ha privado al pueblo del derecho a votar libremente en el referéndum constitucional solicitado el año pasado donde se recogió más de un millón de firmas cuando solo eran necesarias 195.721 (1% de los electores) y las elecciones a gobernadores que correspondían al pasado diciembre; y la obscena sentencia de la sala constitucional del tribunal supremo de justicia (designados por la antigua asamblea chavista donde Christian Zerpa era diputado del PSUV y votó por si mismo) quitándole poderes y atribuciones a la asamblea nacional y pretendiendo usurpar la autoridad de la misma para que el ejecutivo pueda actuar libremente y sin control parlamentario la cual fue el punto de quiebre que mantiene al pueblo en la calle manifestando diariamente desde hace más de cuatro meses y que hasta la fecha de hoy lleva más de 130 muertos, muchos de ellos jóvenes estudiantes o recién graduados y pérdidas multimillonarias.

Yo mismo y aunque me avergüence decirlo, porque soy amante de la paz y totalmente contrario a la violencia, he repetido en algunas ocasiones la frase: Para garantizar la paz hay que estar preparado para la guerra, por haberme visto obligado a defenderme ante alguna agresión física cuando las palabras no han logrado persuadir al agresor. Pero en un lugar donde funcionen las instituciones, comenzando por las educativas y las de justicia, y que el pueblo pueda acudir a ellas para exigir el cumplimiento de sus derechos con celeridad, eficacia y eficiencia habría respeto por las leyes y se vería reducida la violencia a su mínima expresión

Martin Luther King escribió: "La verdadera paz no es simplemente la ausencia de tensión: es la presencia de justicia." Para nadie es un secreto que con esta jugada del gobierno, imponiendo una "constituyente" para crear una nueva constitución más adaptada a sus necesidades no se logrará paz ni justicia porque si no se respeta la actual tampoco lo harán con una creada sin cumplir los requisitos constitucionales.

La paz se define como relación de armonía entre las personas sin enfrentamientos ni conflictos. Dicha armonía no indica que todos piensen o sientan igual; por el contrario viene
acompañada por el respeto por nosotros mismos y por los demás, no solo aceptando los distintos enfoques y maneras de ver y vivir la vida, sino valorándolos y ampliando los nuestros gracias a ese aporte y a esa visión que de otra manera no hubiésemos podido conocer. Cada persona es única, por lo tanto distinta a todas las demás, así que sería una tontería querer degradar o humillar a alguien por ser "diferente"
El amor perfecto debe ser sin apegos, sin deseos de controlar y poseer. Más allá que el que sentimos por nuestros hijos, hermanos, pareja y amigos, debemos buscar el amor ágape que es dador, abnegado, altruista y se presenta sin intereses personalistas, sin esperar nada a cambio.